Consiste en la aplicación de diversos tipos de ácidos que producen un enrojecimiento que desaparece a las pocas horas, y mejora considerablemente el aspecto de la piel.
Es un tratamiento gradual que favorece la eliminación de celulas muertas apareciendo una piel renovada más joven y lisa, mejorando extraordinariamente su textura. Se aplica en varias sesiones con intervalos de aproximadamente 20-30 días.

Consiste en la remoción mecánica y controlada de los estratos más superficiales de la piel, produciendo una exfoliación muy suave que comprende al estrato córneo y granuloso, pudiendo llegar eventualmente a la dermis papilar. En la actualidad el más famoso es el “puntas de diamantes”, en el cual se utiliza la acción de cabezales abrasivos recubiertos de pequeños diamantes. La acción de estos cabezales, sumada a una vacum-movilización (por acción del vacío), elimina las capas viejas de la piel, dejándola fresca y sin imperfecciones.